La pasión que levanta en muchos perros este tipo de actividad no está exenta de ciertos riesgos, como lesiones físicas o un exceso de excitación. Seguir algunas normas básicas hará que podáis disfrutar del juego juntos y felices.
A muchos perros les entusiasma correr en busca de una pelota. Pero, ¿es bueno lanzársela? ¿Todos los perros sienten una atracción natural por este juego tan popular? Como toda actividad física, tiene ventajas y algunos riesgos a evitar, por lo que te damos varias claves para jugar con tu perro de forma saludable, ya sea aprovechando el momento del paseo o en algún rato de ocio.
¿Sabías que perseguir una pelota en movimiento, atraparla con la boca y transportarla son diferentes fases de la secuencia predatoria del lobo? Algunos perros como el golden retriever o el labrador retriever tienen esas fases de la secuencia predatoria especialmente desarrolladas, pero son muchos los perros que pueden entusiasmarse detrás de una pelota. De hecho, cuando se trata de jugar, cada perro tiene sus gustos, que son el resultado de sus tendencias naturales y de lo que han aprendido jugando con sus pet parents. El juego del cobro –que consiste en la captura y devolución de objetos- se suele realizar con una pelota, un frisbee, y otros juguetes que los perros puedan coger y transportar con la boca.
Una actividad que mejora su salud física y emocional.
Correr detrás de una pelota, atraparla y traerla de vuelta puede ser una manera divertida de que nuestro perro haga ejercicio y de fortalecer nuestro vínculo al compartir una actividad placentera. Además, bien empleado, este juego puede servir para entrenar habilidades importantes como el autocontrol. De hecho, una pelota lanzada en el momento y en el lugar adecuados puede servir para reforzar conductas que nos interesan o para desviar la atención del perro. En cualquier caso, no solo es necesario que nuestro perro disfrute con este tipo de juego, sino que también sigamos unas reglas saludables para sacar el máximo partido de ese pasatiempo.
¿Cómo prevenir lesiones?
Acelerar de forma repentina, frenar bruscamente, echar el cuello hacia atrás para atrapar la pelota, llevar todo el peso hacia delante o hacer giros atrevidos con el cuerpo, son movimientos que pueden favorecer la aparición de lesiones físicas. Además, el riesgo de sufrir estas lesiones aumenta, si el juego ha empezado sin un calentamiento previo, si el perro ya está lesionado, tiene sobrepeso o está en crecimiento.
La constitución física de nuestro perro también influye en los beneficios que pueda encontrar en este tipo de ejercicio. En este sentido, no es lo mismo tener la estructura de un teckel o de un basset hound, con una desproporción entre la longitud de las patas y la espalda, que tener un físico más equilibrado. Además, si el juguete es pesado, esto supone un estrés adicional para articulaciones, músculos y otros tejidos y, por lo tanto, existen más posibilidades de hacerse daño. También debes tener en cuenta que algunos perros parecen olvidarse de todo lo que les rodea cuando están concentrados en la pelota, por lo que es recomendable tenerlo presente durante el juego.